Esta mañana he conseguido hablar con mis amigos que viven en Japón, todos están bien. Alguno se encontraba en España en el momento del terremoto. Por suerte las ciudades de Nagoya y Kioto, donde residen, no han sufrido las devastadoras consecuencias del terremoto del pasado viernes.
La verdad es que las imágenes de la ola provocada por el tsunami devorando tierras, edificios y personas son estremecedoras, te hacen sentir impotente ante la magnitud de los hechos. La primera vez que vi la ola en televisión no era capaz de reconocer lo que estaba viendo, por lo insólito del acontecimiento. Los datos de las noticias aparecidas en los medios de información causan tal impacto que resultan casi incomprensibles. Y si no hay bastante con el suceso, ahora nos encontramos con la crisis nuclear de la central de Fukoshima como consecuencia del desastre natural.
Solo hace diez días que nos preguntábamos en este blog sobre la herencia nuclear de las bombas de Palomares y si realmente todo estaba tan controlado y era tan seguro como las autoridades nos querían dar a entender. Como tristemente hemos observado, ni podemos prever la trascendencia de los acontecimientos futuros, ni las autoridades lo tienen todo tan controlado como nos quieren dar a entender. Es más, no tienen ni idea del alcance que puede llegar a tener un desastre como el de Fukushima a pesar de tener ejemplos como el de los anteriores accidentes nucleares ocurridos , o las pruebas nucleares ensayadas en lugares del planeta que solo ellos conocen. No tienen ni idea, porque a día de hoy todavía continúan haciendo estragos en “la vida” las radiaciones presentes en esos parajes prohibidos. Estragos que nos encontramos solo con el paso del tiempo, según se van manifestando. Bueno, más bien los vamos conociendo a toro pasado, cuando ya no tienen reparos en contárnoslos.
Quiero tener la esperanza de que no esté naciendo otro monstruo nuclear que tengamos que mantener encerrado en una jaula de hormigón y plomo hasta el día del juicio final. (como en Chernobyl). Ojala que no, ojala que de verdad las autoridades lo tengan todo tan controlado como nos quieren dar a entender, y que no ocurra nada más de lo que está ocurriendo en estos momentos en Japón (que de por sí ya es indescriptible). Ojalá que el incidente nuclear de Fukushima solo quede reflejado en la historia como una advertencia, un aviso más de que podemos perder el control sobre nuestras creaciones, simplemente porque somos humanos, o porque la naturaleza cuenta con fuerzas de dimensiones infinitas que nos superan. Que esto solo sea una oportunidad para ser más conscientes de las consecuencias de nuestros actos y decisiones.
¿Realmente merece la pena mantener las centrales nucleares hasta que tarde o temprano ocurra otra desgracia peor? ¿Otra más?
Os dejo estas imágenes de Chernobyl para que podamos hacer nuestra reflexión y decidir cómo y con qué queremos construir nuestro futuro. Y hablo de construir, no de destruir.
http://www.foro-cualquiera.com/imagenes-avatars/114500-imagenes-chernobyl-hoy-dia.html