Antenas camufladas

La semana pasada, realizando unas mediciones, José Miguel se encontró con algo que no quería encontrarse: una autentica chimenea de microondas que en vez de echar humo se comporta como una antena de telefonía móvil. En realidad es una antena de telefonía móvil, pero súper secreta, como el zapatófono de Mortadelo.

Y es que, ojos que no ven, afectados que no crean problemas. Que bastante atacadas están las pobres operadoras con las recientes declaraciones del Consejo de Europa, de la OMS, y el acoso de las asociaciones de vecinos y afectados.

Lo interesante de todo esto es comprobar la situación ilícita de esta antena, escondida bajo la inocente apariencia de lo que no es, con el único fin de no levantar sospechas de su presencia.

Si un ave blanca se posa sobre un campo nevado, completamente blanco, lo que quiere comunicar es que no se encuentra ahí, con el fin de pasar desapercibida ante sus depredadores, o ante sus presas.

¿Cuántas más antenas súper secretas deben de haber ahí afuera, en forma de chimenea, planta decorativa, o señor asomado al bordillo de una terraza?

Pero la pregunta es:

¿Si no están haciendo nada malo, porque se esconden?